30 mayo 2005

Otro

-Tio, todavía recuerdo los años en que vivimos como si fuéramos inmortales- dijo Beni con melancolía.
-Sí. Y cuando nos dimos cuenta y dejamos de hacerlo fue cuando empezamos a morir-, replicó Eusebio desde la tumba contigua.
El cementerio estaba en silencio. El resto de muertos dormía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con cuentos así, la muerte no da miedo!! jaja. Pero sigo diciendo lo mismo, hay que vivir la vida intensamente y no dejarte morir.

Anónimo dijo...

Descubrí tu blog. Leí tus cuentos. Diferentes,personales, cercanos... hablo de estilo, temas y sentimientos que me ha provocado su lectura.
Me gusta. Gracias... por favor.. más!