17 septiembre 2012

Cuento con dos autores


   Pese a que en el bar no cabía ni un alma más, él se había sentado fuera de la distancia-beso. La distancia-beso es ésa indeterminada cantidad de espacio en la que debes colocarte si quieres besar a alguien por primera vez: si estás fuera de esa medida, tu movimiento de aproximación será tan largo, descarado y lento que la otra persona tendrá tiempo de reaccionar... y podría reaccionar en tu contra. 
Pues bien, él, torpemente, se había colocado fuera de ése espacio. Hablaban de todo un poco, los habituales temas generales de una primera cita: nada demasiado frívolo, nada demasiado profundo, cuando un muchacho con prisa por salir le empujó con la cadera: él se venció hacia delante y aprovechó el impulso para juntar sus labios con los de ella, que le acogieron suaves, generosos. Él apoyó una mano en su rodilla. Ella le acarició el hombro. Pararon un segundo para coger aire. Ella retomó el beso. Las manos bajaron ambas a la cintura y siguieron besándose.
   Cuando abrieron los ojos no quedaba nadie en el bar. Los taburetes estaban ya encima de las mesas, el suelo ya había sido barrido y el camarero se fumaba un cigarrillo pacientemente en la puerta del local.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto es un cuento ..,? No sabría ni como llamarlo!!!!
Esta vez lo de "si breve dos veces bueno" no se cumple ni de lejos