25 abril 2005

Palabras

¡Me piro! ¡Me piro! Gritó Saúl gracias al nuevo bamboleo de las caderas de su acompañante. Algo como un trueno de indignación sonó dentro de Gema, que paró inmediatamente su movimiento pélvico. Acompañó esta acción con un empujón tan fuerte a su amante que no solo se separaron sus entrepiernas, sino que le tiró de la cama.

Tirado sobre la alfombra de la habitación y con la mirada infinitamente triste del deseo insatisfecho, Saúl trató de pedir una explicación. Pero la tormenta verbal que le inundó desde lo alto del colchón no le dejó articular palabra. A la vez que recogía su ropa por los puntos más inverosímiles de la habitación, Gema desató el huracán de su ira: “Otro cabrón más, no me lo puedo creer. Parecías distinto, pero una vez que la metes te vas, te largas. Te desahogas y me dejas tirada. ¡Por lo menos espera a que yo también termine!" La vibración del portazo removió el aire del cuarto y con él las palabras todavía presentes en el ambiente.

Gema salió de aquella casa tan aprisa que ni siquiera tuvo tiempo de vestirse completamente. Se puso el vaquero y el top marrón, recogiendo toda la ropa intermedia, incluida la lencería, en una bola que guardó en el bolso. Caminó en dirección a la parada del 34 con la irrompible decisión de olvidar para siempre aquella noche.

Mientras, desnudo todavía sobre el edredón arrugado, Saúl trataba de comprender como un sinónimo le había alejado para siempre de la que podría ser la mujer de su vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravilloso. Sabes que soy tu fan numero uno.
Cito a Escohotado:
'España es un pais de analfabetos funcionales que teniendo la capacidad de escribir no lo hacen'.
Besos.

Anónimo dijo...

Bueno, de maravilloso tiene poco.
Algo carente de contenido y bastante reiterativo.
Puedes hacerlo mejor.
Tu sombra

Anónimo dijo...

Hombreee es que a quién se le ocurre decir "me piro" en un momento como ese?? A Saúl, por supuesto!! jajajaja